Echando la vista atrás, es innegable que 2020 ha sido un año difícil. Numerosas empresas se han visto abocadas a modificar los servicios que ofrecían a sus clientes a causa de las dificultades provocadas por la pandemia. Lo que en un principio se planteaba como un plan de contingencia puntual, acaba por afectar al servicio al cliente de forma permanente, creando una sensación de inseguridad permanente muy difícil de revertir.

El covid-19 ha supuesto un antes y un después en la industria, atacando duramente a todos los sectores. Esto ha supuesto que todos hayamos tenido que adaptarnos a la situación. Sin embargo, no todos lo hemos hecho poniendo la satisfacción de nuestros clientes por delante de todo en la lista de prioridades.

En Raloe teníamos claro, desde el primer momento, que no podíamos detenernos ni un minuto. Estar ahí cuando nuestros clientes lo necesitasen era una obligación. Por ello, en ningún momento dejamos de ofrecerles nuestros servicios durante estos meses, garantizando, ante todo, la seguridad y la calidad del servicio. Lograr esto no hubiera sido posible sin contar con una potente capacidad industrial.

La capacidad industrial es uno de los factores más importantes en nuestro sector. Una compañía puede tener las mejores intenciones y una vocación de servicio al cliente sincera, no obstante, sin un “músculo” industrial que respalde todo esto, todo se quedaría en buenas intenciones que no se traducen en hechos.

La potencia industrial de Raloe se sustenta en nuestra experiencia, el trabajo de mejora continua y el espíritu innovador de nuestros trabajadores. Este expertise nos ayuda día a día no solo a tener una alta capacidad de producción, sino también en el proceso de investigación e innovación de nuestros elevadores, logrando, de este modo, adelantarnos a las posibles necesidades que puedan surgir.

Porque ofrecer siempre un servicio lo más acorde posible a las exigencias del cliente es esencial para nosotros. Escuchar, comprender y adaptarnos a sus necesidades. Por ello, aunque somos plenamente conscientes de que la situación no es la más indicada, nos gusta invitar a nuestros partners a visitar de manera presencial nuestras instalaciones, a fin de que vosotros mismos podáis “ver y tocar” nuestros productos y podáis comprobar desde dónde y cómo trabajamos.

Por último, es importante recalcar que nuestra relación no termina en la entrega de un producto o de sus componentes: el servicio postventa nos vuelve a unir. Este 2020 hemos trabajado en mejorar nuestro servicio con el objetivo de acompañar a nuestros clientes desde el momento de montaje de los productos hasta su puesta en marcha y ciclo de vida. Presentes de principio a fin. Y solo es el primer paso.

Estar totalmente volcados en la mejora continua, disponer de una capacidad industrial acorde a las necesidades del sector y poner el cliente en el centro de la ecuación, es el camino a seguir para conseguir los mejores resultados. Recorrer este camino de forma conjunta, es la mejor manera de llegar al destino.

Seguiremos trabajando en esta dirección para hacer de 2021 un año todavía mejor.